martes, 16 de octubre de 2007

¡¡¡ A LAS ARMAS!!!


¡Lluvia de armas de Estados Unidos sobre Oriente Próximo! Según dijo el pasado 2 de agosto la secretaria de Estado Condoleezz Rice, en el curso de los próximos diez años el valor de las entregas alcanzaría los 46.000 millones de euros. Los beneficiarios son Arabia Saudí, Egipto, Kuwait, Bahréin, Qatar, Omán y los Emiratos Árabes Unidos, aliados de George W.Bush en la región. ¿Inquieta a Israel el suministro de material bélico a Arabia Saudí? El 15 de agosto Whashington aumentó en casi la cuarta parte la ayuda militar estadounidense a Tel Aviv, en diez años esa ayuda alcanzará los 30.000 millones de dólares (France Press 16 de agosto de 2007). Para provecho del "triángulo de acero" constituido por Boeing, Lockheed Martin y Raytheon, y sin duda de sus contribuciones al financiamiento de la próxima campaña electoral.

El 7 de diciembre de 2006 una resolución de la Asamblea General de las Naciones unidas adoptada por 153 Estados autorizó la preparación de un tratado sobre el control de las transferencias de armamentos denominados convencionales, hasta el momento carentes de marcos normativos internacionales. Con ocasión de ese voto se abstuvieron veinticuatro países, entre ellos China, Rusia, India, Irán, Israel y Pakistán. Sólo un voto en contra: Estados Unidos. El Consejo de la Unión Europea apoyó públicamente esta resolución.

Casi simúltaneamente, París, firma con Trípoli importantes contratos: 168 millones de euros para que Libia compre misiles antitanques Milan (que ya equipan a las fuerzas de cuarenta y un países) en MDBA (empresa europea, líder mundial en sistemas de armamento guiado); 128 millones de euros pra un sistema Tetra de comunicaciones por radio en EADS (European Aeronautic Defence and Space Company, líder global de la industria aeroespacial). "¿Qué me va a reprochar?", se rebeló el presidente Nicolas Sarkocy. "¿Que haga contratos?¿Que haga trabajar a las empresas francesas?" (France Press 5 de agosto de 2007). No necesariamente, sino la opacidad con que se desarrolla este comercio de muerte sobre el cual la representación nacional no tiene el menor control. y el mantenimiento de una peligrosa dinámica guerrera... En 2007 Francia tendrá que vender armas al extrajero por más de 6.000 millones de euros - frente a los 3.380 millones en 2004 - declaraba el 18 de septiembre de 2006 un portavoz de la Delegación General para el Armamento.

Los miembros de la Unión Europea se ven en principio obligados a respetar un código de conducta que les prohibe especialmente alimentar conflictos existentes. Pero por razones de incremento de productividad ahora son pocas las armas modernas que se fabrican en un lugar único. Así es como empresas europeas como EADS y empresas estadounidenses proporcionan piezas y tecnologías para el desarrollo del nuevo helicóptero de combate chino Z-10, sin saber cuál será la política de exportación de Pekín, que ya suministró aparatos militares a Sudán (Campaña Controlen las armas, iniciativa conjunta de Amnesty International, Oxfam International y de Reseau de Action International sur les Armes Légères).

El negocio pirómano de Estados Unidos en Oriente Próximo provoca la reacción de Siria e Irán, que siempre podrán volverse hacia China o Rusia, que han entrado en el mercado en posición de fuerza. Níger se inquieta ante los "regalos" de Francia a Libia, que reivindica desde hace meses 30.000 km cuadrados de territorio nigeriano ricos en petróleo y uranio. Particularmente mimado por la Casa Blanca, Israel ya no se conforma con importar: se ha convertido en el primer proveedor de armas de Colombia. Cuya potencia de fuego, sumada a la hostilidad de Washington, preocupa a Caracas, que se vuelve hacia Moscú para modernizar su armamento.

Emergen otros vendedores: la India, Corea del Sur, Sudáfrica... Nunca el sector de actividad estuvo tan floreciente. A finales de 2006 los gastos para este tipo de material alcanzaron la suma sin precedentes de 1058,9 billones de dólares.

¿Cúal es la moraleja de esta historia? Por supuesto que no la tiene. ¡Ah, sí! El Pentágono perdió el rastro de 110.000 fusiles de asalto kalásnikov, AK-47, de 80.000 pistolas, 115.000 cascos y 135.000 chalecos antibalas entregados al gobierno iraquí en 2004 y 2005 (The Whasington Post, 6 de agosto de 2007). No es imposible que esas armas hayan caído en manos de los insurgentes, y sirvan para atacar... a militares estadounidenses.

Le Monde Diplomatique, nº 143 septiembre 2007

Maurice Lemoine

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