De resucitarse este proyecto, congelado desde hace unos años por la oposición de la comunidad internacional, Cisjordania quedaría partida en dos, imposibilitando la continuidad territorial de un futuro Estado palestino. Esta tesis parece reforzada por unas declaraciones recientes del ministro de Seguridad, Avi Ditcher. La semana pasada anunciaba que, a final de año, la policía israelí se trasladará a una nueva comisaría en la zona E-1. Algunos analistas interpretan esa decisión como un hecho consumado para allanar el camino a la construcción de la colonia, cuyos planes urbanísticos prevén 3.500 viviendas y un parque industrial.
UN GRAN JERUSALÉN
"No nos cabe duda de que estas confiscaciones están ligadas con el plan en la E-1. El fin es integrar Maale Adumín en el Gran Jerusalén e impedir un Estado palestino viable", dijo a este diario la portavoz de Paz Ahora, Hagit Ofram. Un extremo que negó tajantemente el Ejército israelí. La Autoridad Nacional Palestina hizo una lectura distinta. Según el negociador palestino Yasir Abed Rabbo, las confiscaciones están destinadas a unir Maale Adumin con los asentamientos, también ilegales, de Mishor Adumin y Kedar y "prevenir la continuidad territorial palestina con el valle del Jordán". Maale Adumin, donde viven más de 30.000 israelís, es uno de los tres grandes bloques de colonias de Cisjordania que Israel considera innegociables. La noticia ensombrece las negociaciones a solo un mes de la cumbre árabe-israelí de Annapolis (Maryland, EEUU).
10 octubre de 2007
El Periodico de Cataluña
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