Día de reflexión: una buena excusa para pensar en lo que el sistema llama "democracia"

La jornada de hoy se vende como el día en que las ciudadanas y ciudadanos están en su casa pensando qué van a votar mañana, en el caso de que decidan ejercer el voto. Sin embargo, podríamos aprovechar este sábado para reflexionar sobre la situación de una "democracia" que se basa única y exclusivamente en el acto de votar. Para nada importa que los partidos mayoritarios se parezcan entre ellos, que no tengan casi afiliados y mucho menos militantes, ni que las campañas electorales tengan más de espectaculos circenses con frases manidas y espacios comúnes, con políticos que verán con tensión los resultados porque han hecho de sus cargos un "modus vivendi" difícil de alcanzar fuera de los Ayuntamientos y Parlamentos. Podríamos aprovechar para recordar que hay partidos políticos prohibidos, medios de comunicación censurados, un acuerdo tácito para no hablar de nada que se salga de lo que ellos han llamado "marco constitucional", nada que cuestione la sacrosanta palabra: "transición", ni mucho menos los ingresos millonarios de una casta dirigente que ha multiplicado sus beneficos a costa, sobre todo, de la explotación de jóvenes y emigrantes, ni la razón de hipotecas que ahogan a millones de familias para gloria de los dueños de la banca. Todo se arregla votando, nos dicen; y a continuación extienden como la plaga una estupidez con forma de frase: "el que no vota no tiene derecho a opinar". Efectivamente, los que llevan décadas reflexionando de cómo seguir en el poder que ostentan desde 1939, nos piden que reflexionemos, pero no sobre ellos.