José García Montalvo es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra y ha publicado numerosos estudios sobre el sector de la vivienda y la burbuja inmobiliaria. En una entrevista realizada en Madrid no se muestra convencido, como otros analistas, de que el mercado inmobiliario pueda aterrizar suavemente.
Pregunta. ¿Qué ha pasado en la Bolsa esta semana?
Respuesta. Una reacción tardía a señales que se venían acumulando desde hace tiempo. El mercado todavía no había descontado que las ventas de viviendas de segunda mano estaban cayendo un 15% en el cuarto trimestre de 2006. Los notarios han dicho recientemente que en marzo de 2007 las ventas habían caído un 30% frente a marzo de 2006. Seguiremos viendo un goteo de caídas en la valoración de inmobiliarias en los próximos meses.
P. Es decir, señales de agotamiento.
R. El comportamiento de los actores del mercado ya ofrecía indicaciones significativas: entidades financieras, por ejemplo la Caixa y el Sabadell, que vendían sus divisiones inmobiliarias; constructoras que diversificaban su negocio, entrando por ejemplo en el mercado energético; inmobiliarias que, ante la caída en el volumen de ventas, empezaban a ofrecer regalos sustanciosos a los compradores; y todo eso en un mercado en el que se inició el año pasado la construcción de más de 800.000 viviendas para una sociedad cuya demanda de consumo se encuentra en torno a 500.000. Hay un claro exceso de oferta.
P. ¿Qué pasa con el excedente?
R. Se compra y vende como inversión. La evidente caída de rentabilidad de la vivienda en España hace que los inversores se vayan a otros mercados. Yo creo que en próximos años se iniciarán menos de 500.000 viviendas anuales.
P. Ese nivel representaría un frenazo notable. ¿Cree usted que el aterrizaje será suave, como han manifestado en estos días representantes de instituciones y empresas?
R. A bancos, inmobiliarias e instituciones no les queda más remedio que lanzar ese mensaje. ¿Qué van a decir? Pero éste no es un sector de aterrizajes suaves. Oscila con una intensidad muy superior al conjunto de la economía. Durante los últimos 30 años, sólo se vivió una etapa de cierta estabilidad entre 1995 y 1997. Los representantes de SEOPAN ya han advertido que 100.000 viviendas menos al año supone perder 200.000 empleos. Si se calcula que para alcanzar el equilibrio habrá probablemente un recorte mayor que ése, el aterrizaje no será muy suave.
P. ¿Qué diferencia puede haber entre crisis anteriores y la situación actual?
R. Una muy importante. Si el mercado tuviera problemas ahora, ya no sería posible reaccionar actuando sobre el tipo de interés o el tipo de cambio.
P. Las entidades financieras ya están aplicando mayores restricciones a la concesión de créditos.
R. Eso contribuirá decisivamente a que se desinflen los precios. Esto es una señal más de que la fiesta inmobiliaria se ha acabado.
ENTREVISTA: El fin del 'boom' inmobiliario JOSÉ GARCÍA MONTALVO Catedrático de la Pompeu
El País, 29 de febrero de 2007
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