Los palestinos hartos del asedio y del criminal bloqueo israeli, desesperados de estar encerrados en un campo de concentración gigantesco han decidido derribar y saltar el muro, demostrando que nada puede detener a un pueblo con ganas de vivir dignamente. Y por cierto no es un éxodo como lo llaman muchos medios de comunicación, un éxodo es una huida, los 350.000 palestinos que han cruzado la frontera lo han echo para autoabastecerse de todas las cosas que escasean en Gaza debido al criminal bloqueo total al que los tiene sometido Israel. Han actuado ante la impotencia de no tener alimentos, medicinas, combustible, electricidad... ¿deben resignarse a morir? Saben que nadie va a ayudarles, ningún estado occidental, ningún organismo internacional y ningún estado árabe se preocupa realmente de su situación. Egipto bloqueo la frontera y reprimió a mujeres y niños que intentaban cruzarla para buscar alimentos, mientras el resto de países únicamente se reunen para condenar el bloqueo pero sin tomar otro tipo de medidas, no sea que Israel y su gran hermano EUA se molesten. Están totalmente abandonados a su suerte desde hace más de 50 años. No sirve de nada expresar públicamente la condena a esta situación sin actuar. No sirve de nada llevar ayuda humanitaria sin reconocer y tomar medidas contra el genocidio israeli. No necesitan limosna, sino ayuda para ser libres y poder vivir dignamente y para eso se debe actuar política y economicámente contra Israel. Querían elecciones democráticas en Palestina y se celebraron. Ganó Hamas y como eso no les gustó dejaron de darle ayudas, bloqueando más todavía a los palestinos. Querían derrocar a Hamas del poder, y de momento no les ha ido muy mal, lograron que los palestinos se enfrentaran y se dividiera el territorio en dos, Cisjordania y Gaza. Mientrás Cisjordania es mimada por Israel debido a las negociaciones que mantiene con Abbas (el cúal renuncia a los ideales históricos del pueblo palestino únicamente para conseguir el poder) y Gaza que es bloqueada y atacada sin piedad. Pero Hamas no se ha rendido y ha actuado, la gente ha saltado un muro, no se ha resignado a morir bloqueados y abandonados. La libertad y el ansia de vivir no pueden encerrarse entre cuatro paredes . Estas imagenes de los palestinos pasando por encima del muro derruido me han recordado un cuadro de un famoso pintor francés, Delacrouix, y su famosa obra: "La libertad guiando al pueblo".
En cuanto a nosotros... ¿Como podemos permitir eso? Qué no nos tomen por idiotas, estos falsos democratas, estos paladines de la libertad, estos luchadores incansables de la justicia e igualdad. Que digan la verdad, que reconozcan lo que son, hacen y piensan realmente, que no hagan discursos bonitos mientras permiten este genocidio. Bush se ha inventado una reunión de "alta importancia" en Annapolis para pasar a los anales de la historia, para ser recordado en un futuro como un gobernante que quería la paz y que intentaba resolver un conflicto internacional histórico. Pero sus manos están manchadas de sangre, la misma sangre que cubre las manos de Tony Blair y José Maria Aznar. Tony Blair despés de la guerra de Irak y el apoyo a la política israelí ahora recorre Oriente como enviado especial del Cuarteto, Eua, UE, ONU y Rusia para buscar una solución al conflicto.
Durruti
24 de enero de 2007
Cuando le tapas la salida del aire a una olla a presión, acaba reventando por más indestructible que parezca el acero de su estructura. Y Gaza ayer explotó. Primero con dinamita y después de júbilo. Un grupo de milicianos palestinos voló de madrugada el muro de hierro de seis metros de altura que ocupa parte de la frontera entre Gaza y Egipto. La avalancha fue inmediata. Durante todo el día más de 300.000 palestinos cruzaron al lado egipcio para desafiar el bloqueo israelí y comprar todo cuanto pudieron, desde gasolina a comida o cigarrillos, productos que en Gaza han desaparecido o cuyos precios se han disparado por el cierre fronterizo. Incapaz de detener la marea humana, Egipto permitió la entrada, mientras Israel y EEUU se limitaron a expresar su preocupación por los acontecimientos."Dejemos que entren, coman, compren comida y regresen más tarde, siempre que lo hagan sin armas", declaró el presidente egipcio, Hosni Mubarak. La víspera, sus fuerzas de seguridad reprimieron con material antidisturbios una manifestación de palestinos que trataba de franquear la frontera por la terminal de Rafá, sellada por Israel desde hace siete meses. Ayer, sin embargo, sus soldados tenían órdenes de no disparar.
PREOCUPACIÓN
Un portavoz del Departamento de Estado norteamericano aseguró que los egipcios "están preocupados" por la situación, tanto como EEUU. No es para menos. Sin comerlo ni beberlo, la pelota del conflicto entre Hamás e Israel ha caído en su tejado. Y la posición de El Cairo es más que complicada. Por un lado, Egipto está bajo una inmensa presión por parte de Israel, que le acusa de desatender la frontera permitiendo el contrabando de armas en Gaza a través de los túneles subterráneos. Estas quejas han llevado a EEUU a recortar parte de los fondos que aporta anualmente a Egipto. Pero, por otro, tiene un creciente revuelo interno para que actúe en contra del bloqueo que asfixia a la población de Gaza. Preguntado ayer si iba a retirar a su embajador en Israel como protesta por el cerco, Mubarak respondió que debía ser razonable. "Si lo hiciera --dijo-- no podría hablar con los israelís". Igual de comedida fue la tibia reacción israelí. "Esperamos que los egipcios resuelvan el problema", dijo un portavoz del Ministerio de Exteriores israelí, que se mostró preocupado por la posibilidad de que los terroristas aprovechen la situación para entrar en Gaza.
ACORDEÓN
De momento se desconoce qué va a pasar con la frontera. Tras volar al menos dos kilómetros de muralla, con explosivos colocados en plena madrugada, el Gobierno de Hamás, que evitó atribuirse la operación, utilizó las excavadoras para echar abajo un trozo más. Los niños saltaban después sobre ese acordeón de hierro oxidado, construido por el Ejército israelí durante la segunda Intifada, como si quisieran enterrarlo para siempre. Por lo que ha visto este corresponsal, la única posible solución inmediata para evitar por la fuerza que los palestinos sigan cruzando al otro lado sería un despliegue masivo de policías egipcios. Hamás, el pugil victorioso del asalto de ayer a ojos de los palestinos, ofreció su propia receta. Su depuesto primer ministro, Ismail Haniye, propuso una "reunión urgente" con Egipto para reabrir la terminal de Rafá sin injerencias israelís y compartiendo la responsabilidad del control con el Gobierno del presidente Mahmud Abbás. Un Abbás que había negociado sin éxito con Israel la reapertura. Lo cierto es que otra vez la dinamita de Hamás ha probado ser más efectiva que las negociaciones de Abbás. Y mientras se alcanza una solución, los palestinos podrán seguir celebrando el espejismo de esta libertad, inesperada y fugaz.
El Periódico
24 de enero de 2008
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