martes, 27 de mayo de 2008

ZAPLANA : EL EX PORTAVOZ DEL PP SE JUBILA EN TELEFÓNICA


"Me tengo que hacer rico…, tengo que ganar mucho dinero, me hace falta mucho dinero para vivir”, decía Eduardo Zaplana en 1990, durante una de las conversaciones telefónicas recogidas en el llamado Caso Naseiro, que dejaba al descubierto una trama de financiación ilegal del PP. Zaplana, con 33 años, empezaba entonces a tomar posiciones en el partido derechista, refundado por Aznar. El recién nombrado ‘embajador’ de Telefónica en Europa se ha mantenido siempre fiel a aquella declaración de intenciones : todas sus actuaciones han estado animadas por la búsqueda del enriquecimiento. Con el apoyo de los personajes subalternos de su entorno político fiel, ha constituido un pozo negro en el que se han sumergido ingentes cantidades de dinero público: en el Ayuntamiento de Benidorm, en Terra Mítica o en contratas a amiguetes desde el Ministerio de Educación. Varios de sus más estrechos colaboradores están procesados por estos trajines continuados, pero Zaplana ha conseguido que, hasta ahora, la cosa sólo llegue hasta su cordón de seguridad. Ya se sabe que la Justicia está para perseguir a los pobres y los insumisos.



Ni los banqueros, ni los políticos corruptos, ni los amigos del rey acaban entre rejas. Cuando vino a Madrid para incorporarse al Gobierno de Aznar, Zaplana, con su característico estilo de nuevo rico, adquirió un piso en el Paseo de la Castellana de más de 500 metros cuadrados. El recibo mensual de la hipoteca era superior a sus ingresos como ministro, pero la política institucional permite reeditar a diario el milagro de los panes y los peces. Ahora, como gran ejecutivo de Telefónica, podrá llegar más holgadito a fin de mes y sin que se sospeche tanto de sus cuentas. La antigua empresa pública se ha convertido en un INEM de lujo para políticos en excedencia.
El socialista Luis Solana inició su proceso de privatización y fue Villalonga, el compañero de pupitre de Aznar, quien lo culminó. Desde entonces, se han hecho multimillonarios a costa de ella unos cuantos personajes vinculados al Clan de Valladolid, con el que Zaplana ha mantenido siempre una estrecha relación. Incluso el propio Manuel Pizarro fue cariñosamente acogido en el seno de Telefónica como consejero tras dejar la presidencia de otra empresa pública privatizada, Endesa, con una indemnización de sólo 14 millones de euros. De este peculiar INEM se benefician, sobre todo, personajes ligados al PP –el PSOE tiene su propia red–, pero no falta alguna guinda del partido gubernamental en el pastel telefónico, como el ex secretario general de las Juventudes Socialistas, Javier de Paz, consejero de la entidad. Parece que Paz ha contribuido a acelerar el fichaje de Zaplana. Se dice que el ex presidente de la Generalitat puede ayudar a la expansión de la empresa en Italia, dada su buena relación con Berlusconi, una especie de gran Zaplana enfangado en numerosos pleitos judiciales que nunca se resuelven. El político cartagenero no habla italiano, francés ni inglés. Tampoco valenciano, a pesar de que es una lengua romance hermana del castellano y de que tuvo incluso un profesor particular cuando era presidente de la Generalitat. Pero no cabe duda de que sí conoce a la perfección el lenguaje de Berlusconi.


Alfredo Grimaldos, autor de ‘Zaplana, el brazo incorrupto del PP’, analiza el paso del político cartagenero al puesto de delegado en Europa de Telefónica. Artículo del Periódico Diagonal, edición digital.

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