Si lo que pretendía Mariano Rajoy era hacer una nueva exhibición de soledad política, sin duda lo consiguió. Todos los demás partidos rechazaron ayer con rotundidad la propuesta del líder del PP de reformar la ley electoral para que nadie pueda gobernar con menos de un 30% de los votos. Los portavoces de esas formaciones tacharon la iniciativa de "antidemocrática" por dejar fuera de juego a los grupos minoritarios y coincidieron en que revela la "impotencia" de los conservadores para tejer alianzas poselectorales. El portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Diego López Garrido, sostuvo que la "regla de oro de la democracia" es que gobierne la mayoría, ya sea la obtenida por un solo partido o la pactada por varias formaciones. A su juicio, lo que pretende Rajoy es que gobierne "la minoría, si es la suya", lo cual resulta "directamente antidemocrático". López Garrido alegó que la iniciativa constituye una "confesión de impotencia política" y una "colosal hipocresía", porque, dijo, el líder del PP no ha cesado de acusar al PSOE de romper los consensos de la transición, y ahora "dinamita uno de los más esenciales consensos" como lo es el pluralismo político.
El Periodico de Cataluña
20 de julio de 2007
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