Irán ha acusado a EE UU, Reino Unido e Israel de fabricar hechos y realidades sobre su programa nuclear en una campaña masiva que esconde motivaciones políticas y ha afirmado que está acatando todas sus obligaciones bajo los tratados internacionales. La denuncia ha sido expuesta por el embajador adjunto iraní ante la ONU, Mehdi Danesh Yazdi, el Consejo de Seguridad ha celebrado para debatir las resoluciones 1540 y 1673. Ambas resoluciones forman parte de las medidas internacionales dirigidas a combatir la proliferación de armas nucleares, químicas y biológicas y, en particular, impedir y contrarrestar la adquisición y el uso por parte de terroristas de este armamento de destrucción masiva.
Durante la reunión, los embajadores de EE UU, Reino Unido e Israel denunciaron a Irán públicamente por no cumplir con las resoluciones de la ONU en materia de no proliferación nuclear, ante su negativa de suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio. "El Consejo de Seguridad debe estar preparado para tomar medidas apropiadas adicionales para comunicar al régimen iraní que su incumplimiento es inaceptable y persuadirle a cooperar", ha declarado la embajador adjunta de EE UU, Jackie Sanders.
El diplomático iraní respondió que "es lamentable que una campaña mal intencionada con motivaciones políticas esté intentado distorsionar y fabricar hechos y realidades" sobre su "programa nuclear pacífico". "Nadie en el mundo de hoy puede aceptar la lógica irracional de que está bien para aquellos que tienen armas nucleares y amenazan con sus arsenales y políticas agresivas, mientras que luego lanzan aullidos sobre los programas nucleares pacíficos", ha agregado.
Yazdi ha remarcado que la no proliferación es un asunto de suma importancia para la paz mundial, y que la forma más efectiva de prevenir que caigan en manos de actores no estatales es la eliminación total de estas armas de destrucción masiva. "Irán cree que la comunidad internacional debe luchar para asegurar que pesadillas creadas por EE UU contra la población de Hiroshima y Nagasaki nunca vuelvan a ocurrir. Por lo tanto, la única garantía absoluta es eliminar las armas nucleares", afirmó.
Consideró que la cuestión de la no proliferación nuclear está vinculada estrechamente con el desarme, algo que no se contempla en las resoluciones del Consejo de Seguridad, que fueron el motivo de debate de la reunión. "Los esfuerzos hacia la no proliferación deber ir en paralelo con las iniciativas de desarme", puntualizó. Pese a ello, dijo que Irán ha cumplido con las resoluciones de la ONU en materia de no proliferación y que, además, ha establecido leyes y regulaciones nacionales para combatir el tráfico ilícito de estas armas y municiones.
El diplomático resaltó que para disipar cualquier duda sobre los propósitos pacíficos de su programa nuclear, el gobierno de Teherán ha permitido las inspecciones de la OIEA, que han sido las más duras a las que se ha sometido a un país miembro de la ONU. "Todos los informes de la OIEA desde 2003 han indicado la naturaleza pacífica del programa nuclear iraní y la agencia ha reiterado que no ha habido ningún desvío de material para fabricar armas nucleares u otros explosivos atómicos", concluyó.
El País,
Sábado, 24 de febrero de 2007
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